Un acuerdo entre Fátima Florez y Moria Casán por la imitación de la primera a la segunda en su show. Este acuerdo implica una compensación económica para Moria, siendo un porcentaje de las ventas de entradas de Fátima.
La relación conflictiva entre ellas comenzó en 2012 cuando Moria compartía un espectáculo con la actual primera dama y pidió a Fátima que no incluyera su imitación más destacada de Cristina Fernández, justificándolo por un evento médico importante que involucraba a la entonces presidenta.
Este incidente marcó un distanciamiento entre ellas. Moria decidió criticar públicamente a Fátima y tomar medidas legales, negándose a ser imitada o exigiendo un pago por cada imitación. Eventualmente, tras llevar el conflicto a los tribunales, llegaron a un acuerdo cuyo monto se mantuvo en secreto, pero Moria confirmó haber recibido un pago, aunque menor al que esperaba.
Guillermo Marín, el productor de Fátima, medió en este proceso, reemplazando a quien anteriormente cumplía ese rol. Moria agradeció la compensación económica y destacó la actitud de su productor, aunque bromeó diciendo que aún falta que Fátima le dé más dinero por todo lo que hizo.