Son árboles históricos de la ciudad que con el paso del tiempo y por distintas circunstancias van desapareciendo, y es ahí muchas veces cuando uno toma dimensión de ésa presencia que ya no está. Uno de los casos fue el ombú de la calle Oliver, que por cuestiones climáticas un día cayó aunque ahora y desde abajo vuelve a manifestar su grandeza. Otro es el enorme eucaliptus que un día se desplomó en la calle Calegaris, producto de los fuertes vientos de algunos meses atrás.
El de la foto es el ejemplar de más de 40 metros que se encuentra en la vereda de la calle Trenel frente al barrio Butaló y que por cuestiones de seguridad para las edificaciones cercanas se decidió su extracción. Desde hace un mes atrás que personal contratado -desde el municipio aclararon que debieron hacerlo porque ellos no tienen las herramientas necesarias para ese trabajo- corta las ramas de, tal vez y junto al de la rotonda de Casa de Gobierno, uno de los más añejos de Santa Rosa.
La postal cambia cada día que uno pasa por el lugar, y este miércoles, desde el semáforo de la circunvalación se podía observar como una pequeña copa de lo que fue albergue de miles de aves y sombra aliviadora en el verano se resiste allá en lo alto sabiendo que tiene sus horas contadas.