También se lo conoce como Streptococcus del grupo A y es la causa bacteriana más frecuente de la faringitis aguda y algunas infecciones cutáneas. Tras la alerta por aumento de casos emitida en diciembre de 2022, fue incorporado como evento de notificación obligatoria a nivel nacional. Al 6 de noviembre, se notificaron 487 casos de infección invasiva por Streptococcus pyogenes en todo el país.
El Ministerio de Salud de la Nación informó la situación epidemiológica de Streptococcus pyogenes (también conocido como Streptococcus del grupo A), una bacteria Gram-positiva que es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda e infecciones cutáneas como impétigo, celulitis y escarlatina.
Luego de una alerta emitida por esta cartera en diciembre de 2022 ante el aumento de casos de enfermedad invasiva por Streptococcus del grupo A en países de la región europea, la ocurrencia de casos en Uruguay y en distintas jurisdicciones de Argentina, Streptococcus pyogenes se incorporó como evento de notificación obligatoria a nivel nacional y se diseñó un protocolo de vigilancia intensificada para contribuir a comprender las razones del cambio en el patrón epidemiológico de ocurrencia del evento.
Al 6 de noviembre de 2023, se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS 2.0) 487 casos de infección invasiva por Streptococcus pyogenes en todo el país, 78 de los cuales fueron casos fallecidos. Casi la mitad de los casos de S. pyogenes tenían menos de 16 años, (241 casos, que equivalen al 49,5%), mientras que el 38,5% los casos fatales correspondieron a menores de 16 años, habiéndose distribuido el resto de los casos en todos los grupos de edad.
Recomendaciones para la población
Los síntomas de la faringitis son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos, enrojecimiento de faringe y amígdalas, mal aliento, ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
En lo referido a la escarlatina, los síntomas más frecuentes son garganta roja y adolorida; fiebre (38.3 °C o más); erupción color rojo con textura de papel de lija; piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua «aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; dolores en el cuerpo.
Ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno.
En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (cumplir con las dosis y horarios indicados, no acortar ni abandonar los tratamientos anticipadamente), ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.
Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños. Además, es de importancia lavarse las manos frecuentemente, no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes.
Síntomas
Los niños generalmente presentan síntomas después de los 3 años, ya que la mayoría de los episodios anteriores a esta edad suelen ser de origen viral. En condiciones normales, esta bacteria se considera benigna. En aproximadamente el 20 % de los casos, ingresa al cuerpo a través de la garganta o la piel. Se detecta mediante un hisopado y normalmente causa pocas complicaciones.
Se debe estar atento a los siguientes síntomas y actuar en tal caso inmediatamente ante la presencia de dolor de garganta, fiebre, puntitos blancos en la garganta (secreción pultácea), manchitas rojas en el paladar, presencia de ganglios inflamados a nivel cervical, manchas en la piel y Ddlor abdominal.
En caso de complicaciones supurativas, se indica clindamicina, también alternativa para alérgicos. Es importante señalar que el Streptococcus pyogenes, causante de faringitis puede también provocar impétigo, escarlatina, celulitis, neumonías, como formas clínicas frecuentes.
Algunas veces se manifiesta como artritis, enfermedad invasiva con sepsis y shock o manifestarse como complicaciones no supurativas, fiebre reumática, y glomerulonefritis.
Hay que prestar mucha atención a los síntomas que en algunas ocasiones pueden progresar, el niño puede empeorar y se debe evitar la progresión de la enfermedad a otros órganos, ya que se puede complicar produciendo fallas multiorgánicas, o pasar a sangre dando un shock séptico o progresar hacia cavidades estériles como el encéfalo produciendo cuadros de meningitis.
Es fundamental el diagnóstico precoz, por eso hay que ocuparse y no preocuparse y es vital evitar una alarma generalizada.
El paciente no debe concurrir ni retomar la asistencia a guarderías o jardines hasta que esté sin fiebre y los síntomas prácticamente ya no estén presente. Además, vale destacar que por el momento, no existe vacuna disponible para la prevención de esta enfermedad.
La transmisión
La transmisión de la bacteria Streptococcus pyogenes ocurre por contacto cercano con una persona infectada y puede transmitirse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida.
El período de incubación para la enfermedad varía de acuerdo a la presentación clínica, entre 1 a 3 días. Las personas con la infección deben permanecer aisladas hasta el fin del período infeccioso.
Ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno, según la cartera de Salud de Nación.
Medidas preventivas
Como medidas preventivas para el paciente y los contactos estrechos, según la SADI, se recomienda una buena higiene personal y frecuente higiene de manos, cubrir las heridas con apósitos estériles impermeables, y mantener una buena higiene del ambiente, incluyendo la limpieza de juguetes, baños y alfombras.
Como tratamiento, se indican antibióticos comunes como la penicilina o la amoxilicina. A las 24 horas posteriores de tomar el antibiótico, se elimina por lo general la capacidad de propagación del patógeno a otra persona.
Es importante que se detecten los síntomas, se acuda a la consulta médica y se acceda a un diagnóstico temprano para reducir las chances de complicación del cuadro.
¿Cómo se detecta la bacteria?
Además de hacer un buen interrogatorio al paciente y de la semiología clínica, los métodos de detección rápida se basan en la identificación de antígenos a través de una prueba inmunológica (Elisa- látex- co aglutinación).
Estas pruebas ofrecen resultados en aproximadamente 20 minutos, lo que permite iniciar rápidamente el tratamiento antibiótico. Aunque su ventaja es que son específicas, pueden ser costosas y, en caso de resultados negativos, es necesario confirmar el diagnóstico con un cultivo.
En el caso del cultivo, se debe tomar una muestra con un hisopo frotando enérgicamente ambas amígdalas y los pilares, y esta muestra debe ser adecuada en cantidad. Si el procesamiento del hisopado en el laboratorio se realiza en menos de 24 horas desde la recolección, no se requieren precauciones especiales.