Con un elegante vestido de crepe en color marfil, bordado con cristales y piedras, Mirtha Legrand comenzó su histórico ciclo de los mediodías, esta vez en reemplazo de su nieta Juana Viale. De pie, al lado de su escritorio anunció: “He vuelto a hacer los almuerzos, aquí empezó todo. Hoy me toca a mí reemplazar a mi querida nieta estoy muy feliz”. Acto seguido, recordó: Además, yo también me llamo Juana eh. Rosa María Juana”.
Luego, Chiquita dio paso a sus invitados de este domingo. “Van a estar hoy Yanina Latorre, Marixa Balli, Brenda Gandini, Dalia Gutmann y El Polaco, quien va a cantar,” anunció visiblemente contenta por haber regresado a su histórico horario.
De buen humor, Mirtha comenzó el almuerzo preguntándole a Marixa Balli si tenía novio. Cuando la empresaria respondió que no y que no tenía nada para contar, Chiquita le recriminó: “¡Pero qué tanto vender zapatos!”. Después, hubo un divertido cruce entre Dalia, Yanina y Mirtha. Todo comenzó cuando la mujer de Diego Latorre le dijo a la humorista que sentía que ella le tenía miedo. En ese instante, la humorista le pidió a la conductora que la defendiera. “Pero por qué te voy a defender si Yanina nunca dice malas palabras, siempre es tan amorosa”, dijo en tono de broma ante la risa de todos los invitados.
Después, Mirtha expresó todo lo que siente al regresar a su programa del mediodía. “Estoy muy emocionada porque he vuelto a los almuerzos. Juanita se tuvo que ir a hacer un documental”, comenzó explicando. Enseguida, se refirió a la relación que mantiene con su nieta. “Juana es maravillosa, tiene un carácter fantástico, es muy cariñosa, ama la naturaleza, su vida es la naturaleza. Ahora se ha ido por un caso así, justamente. Estoy feliz de estar acá. Yo me llamo Rosa María Juana Martínez de Tinayre, esa soy yo de verdad”, expresó con orgullo.
“Esta mañana pensaba en la primera comida que hice en Canal 9, el primer programa de los almuerzos, que fue maravilloso. Yo no me daba cuenta de lo que hacía, comer y hablar en el aire, ‘qué raro’, dije. Estaba Daniel (Tinayre) ese día, estaba Leopoldo Torre Nilsson, Duilio Marzio. El mozo me sirvió una pata de pollo y Daniel le dijo ‘no, sírvale pechuga porque a ella le gusta’. Y yo me sentí como en mi casa. Después de eso me fui a jugar a las cartas con unas amigas y me llamó Romay. ‘Te felicito por el rating, me dijo’. Y ahí empezó todo, la leyenda Legrand”, rememoró ante el aplauso de sus comensales.