• 12/10/2025 13:06

De La Pampa a Esparta: Marcelo y Tito, los Amigos que Hicieron Historia en la Ultramaratón más Dura del Mundo

Este sábado, los ultramaratonistas pampeanos Marcelo Millán y Juan «Tito» Sueldo compartieron su experiencia en el programa El Mirador por Radio Contacto tras hacer historia al completar los 246 kilómetros del Espartatlón 2025, una de las carreras más exigentes del planeta, disputada entre Atenas y Esparta, en Grecia.

Amigos y oriundos de la misma ciudad, estos corredores no solo enfrentaron un recorrido de más de 34 horas atravesando calor extremo, lluvia torrencial, montaña, frío nocturno y agotamiento mental, sino que también superaron obstáculos previos como la logística del viaje y el financiamiento del sueño.

Ambos destacaron el papel fundamental de la amistad, la familia y el apoyo mutuo. Marcelo recordó que nunca pensó en abandonar, a pesar del dolor físico, y Tito confesó que disfrutó cada kilómetro, incluso cuando el sueño lo vencía en plena noche.

Fueron dos de los siete argentinos que lograron terminar la carrera entre los trece que participaron. Con lágrimas en la llegada, reconocen que haber corrido el Espartatlón fue cumplir el mayor sueño de sus vidas deportivas. Y como si eso fuera poco, al otro día corrieron una milla más… ¡en ropa interior!

Una historia de esfuerzo, compañerismo y superación, que demuestra que con pasión y perseverancia, los sueños –por más lejanos que estén– pueden correrse… y alcanzarse.
En el programa El Mirador, los ultramaratonistas Tito y Marcelo compartieron la profunda emoción que siguen sintiendo tras su participación en la prestigiosa competencia internacional «Spartathlon». A pesar de que ya pasó, dicen que «las emociones crecen con los días», recordando entre lágrimas lo vivido.

Ambos remarcaron que no viven del deporte: Tito trabaja como cadete y masajista, mientras que Marcelo es profesor de educación física. Para poder viajar y competir, recurrieron a múltiples formas de autogestión económica, como polladas, venta de pizzas caseras y colaboraciones de amigos, familia y vecinos. Destacaron el enorme apoyo desinteresado que recibieron de personas anónimas y expresaron un agradecimiento profundo a todos los que los ayudaron, especialmente a sus familias.

La entrevista también mostró el costado más íntimo y humano: Marcelo contó entre lágrimas el fuerte abrazo que le dio su madre antes de partir, con el temor que implicaba enfrentar un desafío tan extremo. A su regreso, hizo una parada especial en Villegas para reencontrarse con ella y con amigos, sintiendo el cariño y orgullo de toda la comunidad.

Finalmente, agradecieron los “mimos al alma” recibidos en Santa Rosa y destacaron que para un deportista, el reconocimiento y el afecto valen tanto como la medalla. Ambos se sienten profundamente agradecidos, aunque con humildad aseguran que no saben si lo merecen.