La Justicia de General Pico condenó a prisión perpetua a Fabricio Borges por el femicidio de su expareja, Raquel Amaya, ocurrido el 28 de junio de 2024 en Monte Nievas. El tribunal integrado por María José Gianinetto, Carlos Federico Pellegrino y Marcelo Pagano lo responsabilizó por homicidio doblemente agravado: por la relación de pareja y por mediar violencia de género.
El juicio, desarrollado en dos jornadas con más de veinte testigos y peritos, confirmó la premeditación del crimen. En su declaración inicial —reproducida en el debate— Borges admitió que “hacía rato” tenía pensado matar a Amaya y que tomó la decisión esa misma noche, cuando ella dormía. Utilizó una soga para atacarla.
Tras el femicidio, intentó ocultar el cuerpo con varios traslados erráticos: primero hacia la Ruta 102, luego a una zona rural cercana a Castex, y finalmente lo dejó cerca del primer lugar, donde fue hallado horas después.
Amigas y familiares de la víctima declararon que Borges la controlaba y amenazaba, y que temían por su vida. Ellas fueron quienes alertaron a la policía al hallar sábanas con sangre en el patio de la vivienda.
La sentencia cierra un caso marcado por la violencia de género y la confesión del propio femicida.
Perpetua por el femicidio de Raquel Amaya: el tribunal confirmó la premeditación y la violencia de género
