En una reunión informal en Casa Rosada, el economista Javier Milei compartió con los líderes empresariales argentinos su optimismo sobre la rápida disminución de la inflación, proyectando un posible descenso a un solo dígito para finales del segundo trimestre. La eventual reducción de la inflación se considera un prerrequisito para la eliminación del cepo cambiario, aunque no se espera que esto suceda de inmediato. Además, se discutió la posibilidad de una «dolarización sintética» para estabilizar la economía, con el respaldo potencial del FMI.
Los inversores, incluidos los de Wall Street, muestran confianza en el plan económico presentado por Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, anticipando una consolidación fiscal y una eventual apertura cambiaria. Este optimismo se refleja en el aumento de los bonos dolarizados y la percepción de un proceso de recuperación económica en forma de «V», impulsado en parte por la próxima cosecha.
Por otro lado, la movilidad jubilatoria y la reducción de impuestos se vislumbran como futuras medidas del Gobierno una vez que la economía se recupere. Sin embargo, persisten desafíos, como la preocupación por la situación de muchas empresas ante la desaceleración de la obra pública.