La titular de la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Provincia de Córdoba, Amelia López, caracterizó al caso de Joaquín Sperani, el joven de 14 años que fue asesinado en la ciudad de Laboulaye, como de «extrema excepcionalidad, grave y complejo».
Entrevistada por Télam, López sugirió «estar muy atentos a los signos que los adolescentes nos dan a veces», a la vez que sostuvo que desde el organismo que encabeza no les parece «un tema para que se lo apropie ni la prensa ni ningún sector político».
En ese sentido, la defensora pidió «ser respetuosos» del caso y «no dar opiniones de más», así como reforzó que para eso está actuando la Justicia.
«Es tan excepcional (el caso) que no es homicidio en ocasión de robo, o en el cual hayan intervenido temas que tienen que ver con drogas o de contextos sociales de altísima vulnerabilidad», reflexionó López, para quien «todos los chicos y adolescentes han vivido impactos emocionales muy fuertes», sobre todo a partir de la pandemia.
A continuación los pasajes centrales de la entrevista:
Télam: ¿Cómo abordar desde lo social el crimen de Joaquín?
AL: Hay que decir que es un caso con una extrema excepcionalidad, no es común, es excepcional, grave y complejo. No es un caso del cual uno pueda hacer referencias o apropiaciones para otras temáticas, no se trata de un delito en ocasión de robo, o con intervención de temas de consumo, por lo que no es un caso para ser tratado de un modo lineal y simplista. Hay que tratarlo con la excepcionalidad que tiene un caso de este tipo.
T: ¿Las autoridades no podían prever esto?
AL: En primer lugar, todo eso es materia de lo que se está trabajando. Nosotros desde la Defensoría no tenemos intervención directa porque no somos un organismo de control, sí nos hemos cerciorado de que el Ministerio de Educación, tanto los equipos que trabajan en la zona sur de la provincia como los que trabajan en el área central, comiencen a trabajar tanto con el cuerpo docente como con los chicos, porque obviamente es un tema que impacta de lleno en la comunidad, que es pequeña comparativamente con otras (NdR: tiene unos 25.000 habitantes). Lo primero es hacer el acompañamiento de toda la comunidad educativa.
Obviamente que los psicodiagnósticos y todo el material que está acopiando el juez penal juvenil van a ser motivos para tomar las medidas a mediano y largo plazo que sean necesarias. Por lo pronto, el chico está en el Complejo Esperanza, de la ciudad de Córdoba, porque (el caso) es tan grave y tan excepcional que también es necesario preservarlo de cualquier otra interferencia que pueda hacerse, que pueda tener que ver con las broncas, con las iras, con los enojos, entonces me parece que es necesario eso.
T: La madre de la víctima dijo que, por más que el agresor fuese menor, ella pide perpetua.
AL- Esos son temas que no los tiene que pedir nadie, el chico es no punible, y será el juez con todos los datos que tenga (el que decida), pero esta es una materia directa de resolución del juez con el equipo técnico que hace el psicodiagnóstico, que interviene sobre el chico y la familia, que hacen todas las entrevistas que tienen que hacer, con la reserva y la confidencialidad. Todo lo demás, lo que se dice, lo que anda dando vueltas, es especulación.
Para nosotros lo importante, en primer lugar, es que este tema se intervenga en (el) modo que vulnere menos a todos. Porque tienen compañeros, amigos, familias, hay una comunidad, y obviamente que el manoseo desde la opinología de un tema como este, no es bueno.
He escuchado un montón de cosas, algunas de las cuales son como más cercanas a la realidad de lo que puede haber acontecido, otras no tanto, pero no nos parece un tema para que se lo apropie ni la prensa, ni ningún sector político para tomar en torno a que si un chico tiene que ser o no tiene que ser punible, para eso hay justicia, y es el Fuero Penal Juvenil el que tiene que tomar una determinación para casos como este, que es tan excepcional que no es homicidio en ocasión de robo, o en el cual hayan intervenido temas que tienen que ver con drogas o de contextos sociales de altísima vulnerabilidad.
Hay un vínculo interpersonal que seguramente es clave en lo que aconteció, pero que eso no es para que lo determine ni los medios, ni la opinión pública ni nadie, es para que lo determine la justicia y los equipos técnicos que están trabajando en temas complejos como este, donde hay profesionales que están preparados para preparar estos temas.
He visto algunas cosas que son excesivamente amarillistas en el tema, creo que hay que evitar revictimizar a toda la comunidad, a la propia escuela, porque ya hay un dolor muy fuerte, a la propia familia, y ser muy respetuoso con ambas familias.
T: ¿Avizora que lo ocurrido conllevará cambios sociales o acciones institucionales en la provincia?
AL- Venimos trabajando mucho con la escucha adolescente, con tratar de cambiar la cultura de los adultos en relación a la atención de cada adolescente desde sus problemáticas, propias de la adolescencia, y eso no es que ahora lo hacemos en relación a este u otro tema, venimos desarrollándolo ya desde hace bastante tiempo y sobre todo en la pospandemia, donde incrementamos muchísimo el trabajo, articulando con el Ministerio de Educación, sobre todo, para hacer acciones de prevención.
Los chicos han vivido impactos emocionales muy fuertes, y cuando los chicos hablan y nos dicen hay que escuchar. No significa que yo esté relacionando este caso con eso, este caso, repito, tiene particularidades y excepcionalidades que no son la regla.
Siempre hay que escuchar a los adolescentes, estar muy atentos a los signos que nos dan a veces, y que son de modos no tan claros para los adultos, y en eso se viene trabajando, tanto nosotros junto al Ministerio de Educación, como también con la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Senaf; con el Consejo Provincial de la Niñez, Adolescencia y Familia, trabajando con liderazgo de pares. No estamos en un tiempo sencillo, porque en realidad vivimos en una sociedad muy violenta, donde los chicos también tienen este impacto.
No me parece que a este caso haya que ligarlo precisamente con la realidad de todo, por las particularidades que tiene.
T: ¿Cómo influye lo que ven los chicos en las redes sociales, internet y en los medios digitales?
AL: Sobre todas esas cosas nosotros venimos trabajando, sobre navegación segura, prevención con videojuegos, sobre bullying y la educación sexual integral para prevenir abusos y todas las cuestiones que tengan que ver con los cambios que una persona vive durante la etapa de la adolescencia. Siempre es necesario mucho más, pero se viene trabajando en esa línea.
Al de Laboulaye lo tomamos como un caso excepcional, complejo y que no puede ser apropiado ni por la justicia para ponerlo de modelo ni por la política para decir bueno ‘esto pasa porque hay que bajar la edad de imputación’, porque esto es otra cosa, no tiene nada que ver con eso.
Tampoco tiene que ver con la apropiación a veces hacen los medios para ver quién dice la primera novedad. Son casos muy graves, que denotan la complejidad de la mente humana. Hay que ser respetuoso y no dar opiniones de más.
T: ¿Cree que esto puede tener un impacto social en gente de esa edad a nivel general?
AL: No creo, lo que sí siempre nos tiene que llamar a la reflexión a estar muy atentos a lo que les está pasando a los adolescentes, a los signos que nos dan. Un mundo adulto que esté más atento y que sea más adulto, el adulto se hace cargo, los adultos por izquierda o por derecha, por desocupación o sobreocupación y por desconocimiento también, porque el mundo ha cambiado, no prestamos suficiente atención a los signos que los chicos nos dan. En este caso lo único que se puede hacer frente a esto es respetar a la Justicia, esperarla y que todos los organismos que tienen que intervenir, intervengan.
Prestar muchísimo oído a los chicos, prestar muchísima atención a los signos que los chicos nos dan frente a distintos impactos de cosas en sus vidas, y acompañarlos.