Este sábado 7 de octubre a las 18 horas en el Centro Cultural MEDASUR, Griselda Tejeda presentará su libro: «Resurgir». La actividad se realiza en el marco de la 12° Feria Provincial del Libro.
Griselda tiene esclerosis múltiple y en sus libros cuenta su historia de vida, su lucha y perseverancia al convivir con esta enfermedad.
El año pasado presentó el libro “Mi Compañera Inseparable”, que ella comenzó a escribir luego de cada sesión de rehabilitación, donde ella plasmó en su computadora cada momento del recorrido transitado todos estos años… la incertidumbre, las dudas, la lucha; rescatando fundamentalmente la actitud positiva ante lo adverso y el deseo incontrolable de vivir, que hacen que cada día de su vida sea máximo y maravilloso. Es el momento en el que decide plantarle cara a la vida; y en su proceso de adaptación continua: escribe, pinta, canta… demostrándole al mundo que rendirse, no es una opción.
Este año presenta el libro “Resurgir”, que es una continuación del primer libro, pero en vez de explicar lo que es su enfermedad y la discapacidad que le genera, especialmente las barreras físicas que hacen difícil que una persona con discapacidad se inserte en la sociedad; ahora en “Resurgir”, se abordan las barreras emocionales y no solamente de las personas que sufren la discapacidad, sino también del entorno.
La intención de estos libros es colaborar con la eliminación de barreras que obstaculizan la inserción en la sociedad de las personas con alguna discapacidad; desde la mirada de una protagonista, que hace una crítica constructiva a todo lo que no facilita la vida de quienes sufren una enfermedad discapacitante u otra dolencia.
Griselda Tejeda
Griselda Tejeda nació en Colonia Barón. Vivió durante su infancia en el campo, motivo por el cual cursó sus estudios primarios en una escuelita rural, Escuela N 253. Luego realizó sus estudios secundarios en el Instituto José Hernández de Colonia Barón.
Pasó prácticamente toda su carrera docente en la Escuela N 67 de Villa Mirasol, localidad e institución que “me abrió sus puertas sin reparo generando en mi persona un gran sentido de pertenencia”, cuenta Tejeda.
Actualmente es Docente jubilada, tiene 61 años.
En el año 2006 aparecieron los primeros síntomas de la enfermedad: “Una mañana amanezco con medio cuerpo como dormido, hormigas recorrían mi lado izquierdo, mi rostro parecía transformado”.
De ahí siguieron más síntomas e inició la búsqueda de un diagnóstico, que resultó muy complejo. “Largas esperas en salas de médicos, muchos centros dentro de Argentina, muchas veces hasta tuve que sufrir el maltrato; mucha duda, miedo, incertidumbre”, señala Tejeda.
Tras cuatro años y una bolsa de estudios, llegó donde un médico que luego de escuchar y revisar los estudios le dieron por fin un diagnóstico: Esclerosis Múltiple: “En ese momento sentí un alivio tremendo, no sabía bien qué era, pero había algo contra qué luchar. Les aseguro que tener un diagnóstico difícil es complejo, pero no saber a qué nos enfrentamos es mucho peor aún”.
“Existen enfermedades benignas, malignas y de “M”. Esta última es la mía: de “M”, es decir, de mierda… Es rara, afecta de diversas formas a los pacientes, todos evolucionamos de distinta manera y es muy compleja para manejarla”, dice Griselda Tejeda.
Esta enfermedad: “impactó en mi familia, amistades, en particular porque es una enfermedad muy difícil de entender… A mí, me enseñó a VIVIR… Aprendí a inyectarme todos los días, una medicación que no cura, pero ayuda; aprendí a tener paciencia en mis rehabilitaciones, las cuales son personalizadas y de por vida. “Hace 12 años que tengo esa constancia”.
Finalmente expresa: “La vida cambia en su rutina: inyectarse, recordar tomar siempre los medicamentos, rehabilitar, esto es primordial; y fundamentalmente tener una actitud positiva. ¡Esta enfermedad es impredecible, tiene mil caras y más también… avanza!, por lo tanto, es preciso amigarse un poco con ella. Creo que uno no lo supera nunca, ya que siempre nos recuerda que está, pero sí se puede ir adaptando”.