Javier Milei, el presidente electo, busca derogar la Ley de Alquileres actual, argumentando que esta norma ha perjudicado a los inquilinos. Propone contratos libres entre partes, permitiendo la elección de la moneda para los acuerdos. Los cambios propuestos incluyen la utilización de un nuevo índice de actualización basado en variaciones salariales e inflación, además de beneficios fiscales para propietarios e inquilinos. Sin embargo, los contratos vigentes se mantendrían bajo la ley anterior hasta su vencimiento, generando un dilema para algunos propietarios.