En el corazón de Germinal, los residentes enfrentan una realidad urbana desoladora mientras luchan contra la negligencia municipal. Entre baldíos cubiertos de suciedad y yuyos que alcanzan peligrosamente el cableado eléctrico, la comunidad se ve obligada a enfrentar un panorama desolador.
Las condiciones de las veredas son igualmente alarmantes, obligando a los niños a esperar el transporte público en las calles debido a la falta de infraestructura adecuada. La ausencia de refugios para las paradas de autobús deja a los ciudadanos expuestos a las inclemencias del tiempo mientras aguardan su transporte diario.
En medio de este panorama, una calle asfaltada muestra signos de abandono, con la tierra ganando terreno hasta un metro desde el cordón hacia el asfalto. Además, el estancamiento de aguas y la falta de mantenimiento
aumentan el peligro y la incomodidad para los residentes.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad por mejorar su entorno, los reclamos al municipio parecen haber caído en oídos sordos. Un sellado en la mesa de entrada municipal del 19 de marzo atestigua los intentos de los vecinos por llamar la atención sobre estas problemáticas, pero hasta ahora, las respuestas son escasas.
La situación en las calles de Germinal es un recordatorio inquietante de la necesidad urgente de atención municipal y una llamada de atención para una acción pronta y efectiva en la mejora de las condiciones urbanas de la zona.