Roberto «Pocho» Arrieta es un ejemplo de cómo, con esfuerzo y dedicación, se pueden vencer las adversidades. Desde sus humildes inicios en Victorica, Pocho creció en un entorno de limitaciones económicas, donde la infancia no fue fácil. Sin embargo, el boxeo se convirtió en su salvación, la disciplina que lo guió a alcanzar logros inimaginables.Llegó a conquistar títulos, pero más importante aún, logró ser campeón de la vida.
En una entrevista,con Radio Contacto con el periodista Fabricio Barbero, Roberto «Pocho» Arrieta, ex campeón sudamericano de boxeo y actual entrenador, comparte su inspiradora historia de vida. Comienza hablando sobre lo gratificante que es recibir reconocimiento de los medios y cómo eso significa mucho para los deportistas retirados. Arrieta menciona que tiene un gimnasio en el barrio Santa María de La Pampa en Santa Rosa , donde entrena a jóvenes con el objetivo de hacerlos «campeones de la vida» más allá del éxito deportivo.
Arrieta reflexiona sobre su dura infancia en Victorica, un pueblo donde creció en condiciones de pobreza. A lo largo de la entrevista, resalta cómo el boxeo fue el «estudio» que nunca tuvo, dándole oportunidades que jamás imaginó, como pelear en lugares como Las Vegas. También cuenta la emoción de su primer gran triunfo en 1998, y cómo recordó su difícil infancia en ese momento.
La entrevista aborda momentos difíciles de su vida, como una lesión grave que lo dejó en silla de ruedas por años, y cómo superó esos obstáculos para seguir adelante. Arrieta también comenta sobre la importancia de la contención para los jóvenes en situaciones vulnerables y la necesidad de pelear cada día en la vida.
El relato incluye anécdotas personales, como su relación cercana con Miguel Ángel Campanino, quien fue como un padre para él y lo guió en su carrera. También menciona los desafíos que enfrentó debido a la falta de escolaridad y cómo, a los 24 años, aprendió a leer y escribir asistiendo a la escuela nocturna. Arrieta concluye hablando de su deseo de terminar la escuela secundaria como su próxima meta en este camino de constante superación.
Pocho enfrentó desafíos monumentales, desde la pobreza hasta lesiones que lo dejaron sin poder caminar por años. Pero nunca dejó de luchar. Su esfuerzo lo llevó a entrenar en lugares como Las Vegas y Roma, llevando su historia de vida desde las calles de tierra de Vitorica hasta los escenarios más grandes del mundo del boxeo.
Hoy, Pocho se dedica a entrenar jóvenes, enseñándoles que el verdadero éxito no siempre se mide en títulos, sino en superar las dificultades diarias. Su filosofía es clara: formar campeones de la vida, no solo del deporte.
La historia de Pocho es un recordatorio de que, sin importar de dónde vengas, con esfuerzo y determinación, se puede alcanzar cualquier meta.