A partir del 1 de octubre, la Municipalidad de Santa Rosa comenzará a exigir la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) a automovilistas y motociclistas en los controles municipales. La medida ha generado un intenso debate, especialmente entre la oposición, que critica tanto el momento de su implementación como la supuesta irregularidad en la habilitación del taller encargado de realizar las revisiones.
La RTO, que se enmarca en la Ley Nacional de Tránsito, fue aprobada en el primer mandato del intendente Luciano di Nápoli. Sin embargo, en esta segunda gestión, los concejales de la oposición, como Diego Camargo de la UCR, han cuestionado la necesidad de este gasto en un contexto económico difícil, sugiriendo que es contradictorio exigir la RTO mientras la infraestructura vial de la ciudad está en mal estado.
La secretaria de Gobierno, Carmina Besga, defendió la medida, afirmando que «la seguridad no puede analizarse en términos económicos» y que la municipalidad debe cumplir con la legislación nacional. A pesar de las críticas, el proceso de implementación ha continuado, con el taller Técnica Sur designado como el único autorizado para realizar las revisiones en Santa Rosa.
La oposición ha solicitado la suspensión de la normativa y la realización de una audiencia pública, pero el intendente rechazó esta petición, argumentando que ya se había debatido en el Concejo Deliberante.
Aunque la RTO entra en vigor, se ha decidido no imponer multas durante un período de transición mientras se regulariza el parque automotor local. La controversia persiste, especialmente en torno a la legalidad de la habilitación del taller, que no está registrado en la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), lo que podría poner en duda la validez de las revisiones realizadas.