El matrimonio de Guillermo Francella y Marynés Breña parece haber llegado a su fin después de 36 años, según informó este lunes la periodista Paula Varela.
El motivo principal de su ruptura está relacionada a una crisis profunda que venían arrastrando hace tiempo y que no pudieron superar. «Después de 36 años de estar juntos, se separaron, pasaron una crisis muy profunda, ambos siguen compartiendo eventos familiares”, comenzó diciendo la panelista de Socios del espectáculo.
Si bien todo se dio en buenos términos, ya lo confirmaron en el seno de su familia. “Tienen una muy buena relación. En el último tiempo a él se lo vio viajando solo con su hermano, hará unas tres semanas. Ella también hizo un viaje sola”, aseguró Paula.
Uno de los indicios principales fueron en la última gala de los Martín Fierro de Cine, a donde Francella se llevó el MF de Oro pero decidió no hace ningún tipo de mención relacionada a su esposa, lo cual llamó mucho la atención.
“Él estuvo en los Martín Fierro y agradeció al público sin hacer ningún tipo de mención familiar. Guillermo hoy está en un gran momento profesional, pasando uno de los mejores momentos de su vida a nivel profesional, pero a nivel personal esta crisis. A él se lo vio recorriendo algunos bares con su hermano”, sentenció la periodista.
La historia de amor de Francella y Breña
El protagonista del Clan, el Robo del Siglo, entre otras exitosas producciones conoció a su esposa en el cumpleaños de su único hermano, Ricardo. Él, con 32 años, ya era actor, pero todavía no había protagonizado nada. María Inés Breña era azafata y tenía 21 años.
La primera vez que se vieron, en septiembre de 1987, ella necesitaba acostarse temprano porque al día siguiente tenía que estar en Aeroparque tempranísimo para volar a Río Gallegos. Sin embargo, aceptó la propuesta de su amiga Mirtha, que estaba de novia con Ricardo Francella y quería presentarle al hermano.
Esa noche charlaron hasta muy tarde y Guillermo se ofreció a llevarla hasta su casa con el tiempo justo para que se cambiara, agarrara la valija y se fuera a trabajar. Al despedirse se dieron el primer beso, rapidito y él le pidió su número de teléfono. La llamó a los pocos días y ella decidió apostar por él.