River se impuso 3-1 a Urawa Red Diamonds en Japón con tres goles de cabeza y una lesión que preocupa. El sábado se viene Monterrey, partido clave para seguir en carrera.
En un partido que pintaba para palo y palo, River arrancó el Mundial de Clubes con una victoria bien argentina: 3-1 frente a Urawa Red Diamonds de Japón. Los goles llegaron todos de cabeza, como en la época dorada de los centros y los cabezazos que te dejan sin aliento. Los autores de semejante faena fueron Facundo Colidio, Sebastián Driussi y Maximiliano Meza, todos metiendo la testa para poner la pelota adentro y hacer vibrar a la hinchada millonaria.
La alegría se nubló un poco cuando Driussi, tras clavar el tercer gol, salió cojeando por una lesión en el tobillo que tiene a todos con el corazón en la boca. Ojalá no sea nada grave y pueda estar para lo que viene, porque el sábado se viene un partido durísimo contra Monterrey de México.
El descuento del equipo japonés llegó de la mano de Yusuke Matsuo, que convirtió un penal y le puso un poco de pimienta al encuentro, pero la diferencia ya estaba marcada. Ahora, River tiene la chance de clasificarse a la siguiente ronda si le gana a Monterrey y después esperar el cierre del grupo contra el Inter de Italia.
Con esta victoria, el equipo de Gallardo se puso la camiseta y arrancó con el pie derecho, aunque con el susto de la lesión de Driussi.