Mariano Werner (Ford) ganó la carrera. Y estará bien, porque el entrerriano hizo un mérito grandísimo para quedarse con su primera victoria en la temporada, pero su velocidad no fue la única razón por la que el Mustang rojiblanco atravesó la bandera a cuadros antes que todos. Jugó la muñeca, el cuerpo de mecánicos que hizo un trabajo fenomenal en la parada en boxes, los cerebros del equipo para elaborar una estrategia que le permitió saltear autos sin tener que pasarlos en pista y, sobre todas las cosas, la suerte: por un pace car agónico, cuando Diego Ciantini (Chevrolet) lideraba con holgura, Marianito pudo ponerse primero, llevarse un triunfazo del TC en Toay y convertirse en el nuevo puntero del campeonato.