Gisela, hija de Mónica, relató en una entrevista a Radio Contacto lo que su madre vivió el viernes 13 de septiembre en Villa Alonso, Santa Rosa. Mónica, de 59 años, fue encontrada por su hijo en su casa en la calle Castro entre Calles Pérez y Molas , tendida en el suelo, semidesnuda y con graves golpes en la cabeza, signos de tortura, hematomas y mordeduras. Aunque la casa estaba revuelta, no se registró el robo de ningún objeto.
Los médicos indicaron que Mónica había sufrido un traumatismo de cráneo, pero su familia sospecha que el caso fue tratado como una simple caída. Hasta el momento, no ha habido detenidos ni se han realizado pruebas forenses que podrían haber arrojado pistas sobre el agresor, como la recolección de muestras de ADN de la sangre que Mónica tenía en sus uñas, probablemente al defenderse.
Gisela manifestó su impotencia ante la falta de respuestas por parte de las autoridades y la lentitud del proceso judicial. La familia teme por su seguridad, ya que la agresión parece haber sido motivada por odio, más que por robo.